En plena guerra comercial por sacar el modelo más rápido del mercado, Honda desbancó a la Kawasaki ZZR 1100 que por entonces ostentaba dicha corona, y no fue hasta la aparición de la Hayabusa cuando perdió el título de la moto más veloz del planeta.

Con la aparición de las más ligeras y deportivas R1 o GSX R 1000, la existencia de la XX como moto deportiva parecía haber llegado a su fin, pero sabiamente Honda decidió mantenerla en el catálogo como una muy válida moto de sport-turismo.

Demasiado grande y  pesada para una conducción extrema en circuito, es sin embargo una de las motos más equilibradas del mercado para viajar a altísimas velocidades con un confort más que razonable.

En el año 1999 recibió su primer reestyling con el cambio de la alimentación por carburadores a una más moderna inyección electrónica, y en el 2002 mejoró aún más con la modificación del cuadro de mandos y una cúpula algo más elevada.

Aún así se puede decir que la CBR 1100 XX mantiene inalterada la estampa que la hizo famosa, los cambios han sido tan solo de detalle y la imagen de esta moto es ya un clásico que no pasa de moda, y si no que se lo digan a la BMW K 1200 S.

Desde hace poco Honda ofrece como opción el mismo juego de maletas diseñado para la VFR 800, bastante ceñidas a la moto y que no sobresalen en exceso. Como contrapartida hay que decir que como todas los accesorios de la marca no son precisamente baratas, por lo que mucha gente opta por montar maletas de algún fabricante como Givi o Shad a un precio mucho menor, a recurren a las siempre socorridas alforjas. El montaje de un top case es más delicado sobre todo por las consecuencias que tiene en la estabilidad de la moto, no tanto con pasajaro, pero sí cuando vamos solos.

La cúpula es ciertamente escasa si la comparamos con una moto de turismo, pero está muy por encima de la media en motos deportivas, aunque sabiendo las prestaciones de la Blackbird, mejor agacharse bien si queremos exprimirla al máximo. De todas formas hay numerosas alternativas en el mercado de accesorios para mejorar este punto.

Yo tuve XX de las primeras series, con el motor aún alimentado por carburadores e hice más de 65.000 km. sin el más mínimo problema. Es una moto suave, noble y con un motor absolutamente dosificable que no pone en aprietos a cualquiera que la trate con un mínimo de cabeza. Eso sí, el mantenimiento es proporcional a las prestaciones y el consumo de cubiertas, pastillas de freno y kits de transmisión va parejo a la alegría del dueño con el acelerador. A un ritmo normal, una duración de la cubierta trasera de 6-8.000 Km. no es disparatado, y eso sí, siempre cubiertas blandas y de buen agarre, 164 cv. necesitan unas riendas en condiciones para que no se desboquen.

Para el pasajero es una moto muy cómoda. Asiento grande y amplio, estriberas bien posicionadas, y a diferencia de otros modelos de la marca (lease Pan European) tiene un asiento con un tapizado excelente que no resbala nada y además repele el agua.

Como peros se pueden reseñar la comentada falta de protección de la cúpula, la nula protección del carenado ante caídas en parado a baja velocidad, y para alguna gente, el tacto del freno dual en conducción deportiva. Recordemos que esta moto lleva de serie el sistema CBS que transfiere potencia de frenado al freno trasero al apretar la maneta, lo que agrada a algunos pero no tanto a otros.

Y además Tamiya tiene una excelente maqueta de la XX. Es la forma más barata de tener una, aunque claro, no es lo mismo.

Valoración:

Cara de mantener, pero una de las motos más equilibradas que se pueden encontrar, con un motor a toda prueba y prestaciones mucho más allá de lo razonable.