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Notas sobre lijas.
hay muchos tipos de lija, las más usadas son las hojas de papel de lija, pero también las hay en esponja. Éstas últimas son más cómodas de usar al poder sujetarlas mejor.
Todas las lijas llevan un número de referencia que sirve para saber si son más ásperas o más suaves. Este número en mayor cuanto más suave es la lija. Una lija de grano 100 servirá para lijar una pared, pero nos desgraciaría el depósito a la primera pasada.
Cuanto más gastada esté una lija más se parecerá a una lija de grano superior, es decir una 800 gastada será equivalente a usar una 1000 o 1200.
Yo recomiendo mojar siempre la lija antes de trabajar, la hace menos agresiva y además evita que salga polvo al lijar.
Para lijar un carenado en buen estado la más habitual es la 800, una 400 gastada también puede servir, pero con cuidado. La misma nos servirá para corregir defectos en la primera capa de pintura (en los bicapas).
Las esponjas que comenté antes son más cómodas de usar que el papel, y además duran mucho más. El inconveniente es su precio.
Si el carenado ha sido reparado con masilla, entonces es mejor usar una lija de 200 o 400 y aquí agradeceremos tener una lijadora a mano. Cuidado sobre todo al lijar carenados de fibra de vidrio, es imprescindible el uso de una buena mascarilla, el polvo de fibra es muy tóxico, de hecho se está empezando a prohibir su uso en muchos sitios.
En los talleres es habitual el uso de lijadoras orbitales con aspiración para eliminar el polvo, a diferencia de las lijadoras de vaivén habituales en casa, son más efectivas pero a su ves más bruscas, y hay que tener mucho cuidado para no pasarse.
Los agujeros que se ven en la lija de la foto sirven para aspirar el aire a través de ellos y eliminar el polvo del lijado. Solo sirven si la lijadora está preparada para ello.
Hay unos soportes que se pueden adaptar a cualquier taladro y que llevan velcro por la parte inferior para sujetar las lijas que ya se venden con la forma adecuada y un poco de fieltro para que se peguen a estos soportes.