Las rutas por el Valle de Aosta.
Cualquier ruta que escojamos por la zona será sin duda una maravilla, detrás de cada curva aparecerá una cascada, un lago, un pueblo pintoresco o quizás todo junto.
La primera ruta que hay que hacer de forma casi obligatoria es visitar el Mont Blanc y los alrededores. Desde Aosta dirección Cormayeur a tan solo 40 Km.
La zona está llena de telesillas y telacabinas, la más conocida de ellas es la que sube hasta casi la cima del Mont Blanc, y que se coge en la localidad de Cormayeur. Todas ellas están señalizadas y el precio ronda los 35 euros.
Desde lo alto de este telecabina se puede coger otro hasta Chamonix, ya en la vertiente francesa.
Más información: www.montebianco.com Telf: 0039 0165 89925 info@montebianco.com
Ya que estamos en esta zona, no podemos dejar de ver el puerto del Piccolo sa Bernardo, que nos recibirá desde Cormayeur con una sucesión de 8 paellas seguidas que es recomendable tomarse con calma, aunque la gente del lugar no piensa lo mismo, y ver Alfa Romeos totalmente cruzados o RR´s con la rodilla en tierra es habitual.
La segunda ruta y la más larga sin salir del valle es hacia el este, dirección Chatillón y después hacia el norte dirección Bruil-Cervinia, una famosa estación de esquí al pié del Monte Cervino. La ruta es preciosa, pero la localidad es muy turística y está bastante masificada.
Hacia el sur de Aosta se encuentra la localidad de Introd, desde la que salen dos carreteras preciosas con poco o nada de tráfico y que llegan hasta los pies del monte Gran Paradiso, entrando de lleno en su parque natural. La carretera es una maravilla, y al final de cada una encontraremos varios campings con rutas señalizadas para los amantes del senderismo o de la bici de montaña.
Otro pueblo precioso que hay que visitar es Cogne. Se encuentra hacia el sur saliendo desde Aosta por el oeste y tomando la carretera desde Aymavilles que acaba en Cogne para convertirse en una ruta de senderismo precios y muy bien equipada.
La última ruta que hicimos sale desde Aosta dirección al Gran San Bernardo, pero tomando a los pocos kilómetros la desviación hacia Valpeline por la derecha. La carretera es una sucesión de curvas con muy buen asfalto y que acaba en un pantano impresionante de donde nace una senda que solo se puede transitar en bici de montaña o caminando. No tiene desperdicio.
Y si nos da la pereza y queremos hacer pocos kilómetros pero con muchas curvas, desde Aosta sale hacia el sur una carretera que sube hasta la localidad de Pila con curvas hasta aburrir y unas vistas preciosas de la ciudad.